La venta estaría derivada del mal momento económico por el que atraviesa la marca del óvalo azul. Con su venta, podría obtenerse una cuantiosa suma con la que poder hacer frente a gastos actuales. Pero ya se sabe el dicho: pan para hoy, hambre para mañana. Básicamente, porque con lo que ganaría Ford por una parte, tendría que invertirlo en otra al no poder beneficiarse de la tecnología de la japonesa Mazda.
La cantidad astronómica por la que podría vender su participación sería de 2,5 billones de dólares, una cifra que escrita en ceros marea a más de uno. En cualquier caso, y por el motivo anteriormente expuesto, hay muchas probabilidades de que no se lleve a cabo.
Vía: MotorSpain
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