Al igual que ocurre en otras firmas del sector, la crisis ha tocado a Inditex, que reduce el ritmo de aperturas de Zara.
La crisis ha deshilvanado los planes de crecimiento de las grandes firmas de moda del país. La drástica caída de las ventas y los inútiles esfuerzos por incentivar las ventas con promociones especiales se han traducido en serios reajustes internos que han obligado a las compañías textiles a rediseñar sus planes de expansión, cancelar contratos con proveedores, cerrar talleres, reducir plantilla o congelar salarios, entre otras medidas drásticas.
Zara y Mango, dos de las firmas textiles más potentes del país, han ralentizado su ritmo de aperturas. El buque insignia de Inditex, Zara, ha abierto en el tercer trimestre de su año fiscal 132 establecimientos, frente a los 140 del mismo periodo del año anterior.
Algo similar sucede con Mango, que ha incumplido las previsiones de aperturas pronosticadas por su presidente. Ambas firmas están salvando los muebles gracias a las ventas procedentes del extranjero, aunque no son las únicas enseñas que se encomiendan a los mercados internacionales. Por ejemplo, la firma de moda catalana Desigual ha anunciado hace escasos días que congelará sus planes de apertura en España para apostar por Europa y Asia.
"El mercado español va a sufrir más que el resto", afirma su consejero delegado, Manel Adell. La compañía, que cuenta con una red de 100 locales comerciales, asegura que no podrá repetir, ni de lejos, la cifra de 52 tiendas inaguradas durante este año.
Coronel Tapioca, sin embargo, está acusando mucho más la crisis que sus rivales. Para hacer frente a la caída de las ventas, la compañía está preparando un nuevo plan de negocio. Dicha reestructuración está acompañada, además, por movimientos en su cúpula directiva que pasan por la incorporación directivos de otras compañías como Francesco Malatesta, procedente de la firma Loewe, como director general del grupo.
Nuevas fórmulas
También en Cataluña los proveedores de Burberry han sufrido los efectos de la caída de las ventas. La firma comenzó a eliminar en verano la mayoría de sus contratos con proveedores del país.
La compañía busca, además, nuevas fórmulas para comercializar sus productos, tarea que se realiza básicamente a través de los corners ubicados en los establecimientos de El Corte Inglés.
La crisis no sólo está entorpeciendo los planes de las grandes firmas de moda catalanas. Las enseñas textiles gallegas como Adolfo Domínguez o Caramelo encaran la caída de las ventas con drásticas medidas. El caso más significativo lo protagoniza Caramelo, la marca controlada por el empresario Manuel Jove. La firma, que acumula un fuerte endeudamiento y constantes pérdidas desde la integración de la marca Antonio Pernas en 2005, está inmersa en un proceso de reestructuración. Es más, sólo en el ejercicio de 2007, la compañía triplicó sus pérdidas, que se situaron en 20 millones de euros. La delicada situación financiera que atravesaba por aquel entonces se ha acentuado ahora hasta el extremo: sus empleados temen 120 despidos, equivalentes al 14% de la plantilla.
El diseñador Adolfo Domínguez tampoco pasa por su mejor momento. La enseña a la que da nombre ha reajustado sus planes de apertura y sus empleados no descartan congelaciones salariales.
Diversificar para crecer
La estrategia de crecimiento de las grandes firmas textiles del país pasa por lanzar nuevas líneas de moda con las que atraer a nuevos compradores. Una de las últimas marcas en mover ficha ha sido Massimo Dutti, enseña propiedad de Inditex que ha lanzado una colección de moda infantil. La firma catalana Desigual prevé hacer lo propio y lanzar en breve su propia línea de moda dirigida al público infantil.
En los últimos meses otras firmas de moda han entrado en nuevas áreas de negocio, como Mango que ha estrenado en 2008 una línea de moda dirigida al público masculino.
gaceta.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario