En una marca de alta costura, el estilista quiere controlar todos los detalles. Nada puede escapar a su atenta mirada que, en cada colección, suscita la admiración del público que se encuentra a ambos lados de la pasarela. Ni siquiera el hilo utilizado para un cosido que no se vea.
El resultado final tiene que ser la perfección no sólo aparente, sino total. Esa misma perfección es la que el grupo español Inditex, que fabrica y distribuye Zara -Zara Home, Massimo Dutti, Pull and Bear, Bershka, Stradivarius y Uterque-, es en la que se basa su organización laboral.
Un control sobre los plazos de fabricación de la ropa y de su distribución o la colocación de los escaparates de sus tiendas, por aludir sólo a tres ejemplos del sistema permiten a los clientes encontrar, en tiempo real, lo que están buscando, en el lugar y en la forma en la que lo buscan.
Desde sus comienzos hasta ahora
Su presidente, Amancio Ortega Gaona, una leyenda por la defensa a ultranza que hace de su intimidad, nos abrió por vez primera las puertas del grupo nacido en 1975 en una pequeña fábrica de ropa en La Coruña, llamado GOA, acrónico de Amancio Ortega Gaona. En esta ciudad de Galicia, que se asoma al Atlántico, se encuentra el cuartel general de Inditex, en un terreno tan extenso en el que no se ven los límites: mide 1.000 hectáreas.
Los comienzos siguen intactos en la sede de GOA para dar testimonio de todo lo que ha evolucionado el grupo, que hoy factura 9.435 millones de euros y que cuenta con unos beneficios netos de 1.250 millones y 82.000 empleados. Los trabajadores de Inditex pertenecen a 32 nacionalidades diferentes. Aunque prevalece la española, seguida de la italiana, que cuenta con más de 13.000 trabajadores en la compañía.
En La Coruña está una de las ocho plataformas logísticas, 11 fábricas y todos los departamentos que forman parte del organigrama del grupo: tanto el equipo de management, como el de los creativos, un total de 300, de los que 200 trabajan sólo para la marca Zara.
Destaca también el trabajo de los 50 arquitectos, que proyectan las tiendas a un ritmo vertiginoso, porque cada 18 meses está prevista una reestructuración total. Por último, también se encuentra aquí el departamento comercial, que decide el mensaje de la marca, al proyectar, probar y dar coherencia a la imagen de todas las tiendas.
La abundancia de espacio en la sede general le permitió a la empresa estudiar y experimentar hasta los más mínimos detalles antes de lanzar cualquiera de sus productos al mercado. La convicción de que "la calle" dicta el camino de éxito es tal que en La Coruña se han reconstruido pequeñas ciudades imaginarias para simular el resultado de las propuestas comerciales reales; con auténticas calles y tiendas reales, denominadas "tiendas piloto"; con auténticos escaparates y productos reales.
Cada una de las marcas dispone de un equipo integrado por tres personas del departamento comercial, que estudia el escaparate y la disposición de las prendas. Un escaparate que se cambia cada dos semanas, siempre en la óptica de la continua renovación.
El mismo escaparate se podrá encontrar en los 71 países del mundo, en los que está presente el grupo y en sus 4.100 tiendas. Siempre idéntico y siempre controlado a distancia.
En Inditex el centro propulsor es el cliente, al que no se le intenta imponer una propuesta, sino que se intenta comprender qué es lo que desearía encontrar al entrar en la tienda. Los colores, los modelos y los tejidos son propuestos por los creativos sólo en una mínima parte. Porque, al final, la que decide los productos de las tiendas es la calle. La respuesta, el time to market, es decir el tiempo que transcurre entre el momento en que una prenda es ideada y el momento en el que llega a la tienda, es, como máximo, de quince días.
Creación en tiempo récord
No es fácil entender y explicar cómo, pero lo que está claro es que el punto de partida reside en la organización horizontal del trabajo, igual en todas las marcas del grupo. De la mente de 300 creativos que trabajan en La Coruña salen las primeras propuestas que son enviadas al departamento de producción de las fábricas del grupo.
El 49 por ciento de la producción es interna y se realiza en fábricas de España y Portugal. El resto se externaliza: en Asia, un 35 por ciento; en Europa y el norte de África, el 14 por ciento y en otros países, el 2 por ciento. Todas las prendas, una vez que salen de las fábricas regresan a España, a uno de los ocho centros logísticos, cada uno de los cuales distribuye una sola marca: Narón y Arteixo (La Coruña), León, Zaragoza, Meco (Madrid), Elche (Alicante), Tordera (Barcelona) y Sallent de Llobregat (Barcelona).
eleconomista.es
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