El corazón de Inditex, el gigante textil made in Spain con más de 4.430 tiendas en el mundo, late en el Polígono de Sabón, Arteixo, a las afuera de La Coruña. La discreción que siempre ha prodigado su fundador y primer accionista, Amancio Ortega, se transmite en el cuartel general del grupo. No hay ningún cartel fácilmente visible que indique el camino para llegar a la sede corporativa del dueño de Zara, un edificio de 95.000 metros cuadrados que se inauguró en el año 2000.
La relación de Amancio Ortega con Arteixo se remonta a 1976 cuando se instaló en esta zona desde La Coruña como fabricante de prendas de vestir. Zara, la cadena estrella del grupo que ahora aporta el 65,6% de la facturación, nació en 1984 y el Grupo Inditex, nueve años después. Ahora, es la primera empresa textil en Europa y rivaliza por el liderazgo mundial con GAP. Entorno a la instalación original se han ido sucediendo ampliaciones y ahora, la compañía cuenta con el 10% del Polígono de Sabón, que suma una extensión de 3,2 millones de metros cuadrados.
El año pasado, 3.577 personas visitaron las instalaciones, en cuyos libros de registro hay invitados tan ilustres como Paul David Hewson, más conocido como Bono, vocalista de U2. Son casi tantos visitantes como trabajadores (3.500 personas), ya que en Arteixo, además de los departamentos corporativos de Inditex, se ubican las sedes de tres de sus ocho cadenas: Zara, Zara Home y Uterqüe, firma creada en julio de 2008 que ya cuenta con 40 tiendas en el mundo. Uno de los secretos del éxito de Inditex es la integración de sus procesos y especialmente de los equipos comerciales y de diseño, lo que permite responder en tiempo real a la demanda de los clientes. Ambos trabajan codo con codo: los comerciales qué deciden que se envía a las tiendas y reciben sus pedidos están en el centro de la sala y en ambos laterales, los creadores.
Aunque hay diseños extendidos en el suelo para ver sus combinaciones y paletas de colores en la pared, no hay un sólo papel fuera de lugar, todo está reluciente y el silencio es casi absoluto.
Cada año, los creativos de Zara lanzan 18.000 referencias, de las que entre un 30% y un 40% son aprobadas y llegan a las tiendas
El primer paso para la creación de una prenda es su diseño por ordenador. Sobre éste se realiza un prototipo, que se fabrica de forma artesanal, con patronista y costurera a la antigua usanza. El patrón se prueba en un maniquí para ver el resultado. Se cuidan los detalles (por ejemplo, en la ropa infantil, el muñeco lleva pañales). Si el patrón supera el examen, se extiende a diferentes tallas y, entonces, comienza el proceso industrial.
En Zara, se crean cada año unas 18.000 referencias, de las que entre un 30% y un 40% son las que llegan finalmente a la tienda. Las decisiones sobre el diseño final se toman en equipo y se premia su éxito. Cada grupo creativo trabaja de forma independiente y se subdividen en familias de productos. La compañía cuenta con un equipo de 300 diseñadores.
La fuerza creativa de Zara mujer, que cuenta con tres líneas de producto –Basic, Trafaluc, y Woman– dobla en personal a niño y hombre. El calzado es el único producto que se hace fuera de Arteixo. Esta misión corresponde a Tempe, en Elche (Alicante), que se ha convertido en el mayor fabricante de zapatos de España.
Los expertos estiman que la actividad empresarial de Inditex puede aportar entre el 10% y el 15% del PIB de Galicia
Fabricación
Una vez terminado el trabajo de diseño, el patrón llega a fábrica. En Arteixo, Inditex cuenta con once plantas. Allí, las patronistas retoman el modelo original, lo despiezan y cuadran cada parte en el ordenador para aprovechar al máximo la tela. Los tejidos se compran con anticipación dado el volumen que mueve la compañía. La primera elección es el tipo de tejido y, posteriormente, se realiza el estampado. Algunas telas se compran en crudo y después se tiñen in situ, otras llegan terminadas.
El puzzle con todas las piezas encajadas por la patronista se transfiere, posteriormente, a una gran sábana de papel, con un número en cada pieza, y se coloca encima de la tela que va a ser cortada. De esta forma, la máquina corta el tejido, un proceso que se realiza con el paño al vacío (se presiona y se extrae el aire para evitar errores de corte). Las máquinas de corte, cuyas cuchillas son autoafilables, pueden seccionar hasta 50 capas de tela. Las piezas cortadas se meten en bolsas, y así, llegan a la zona de costura. Gracias a las etiquetas se identifican fácilmente y se ensamblan. Para evitar posibles diferencias de tinte o textura dentro de un mismo modelo de tela, el sistema está diseñado para identificar cada pieza y que la prenda provenga del mismo rollo de tela.
Una vez que la prenda está cosida, hay que plancharla. En ese momento, empieza el control de calidad. El ordenador identifica cada pieza de la ropa, como las mangas, la espalda o los hombros. Éste es un primer control automático, al que posteriormente sigue uno manual, en el que un trabajador supervisa el acabado. Si se trata de un vestido, un abrigo, una camisa o un pantalón, que requiere ir colgado en percha se cuelga en este momento, tras la plancha, y, de esta forma, viajará hasta la tienda. En esta fase, también se coloca la alarma, la etiqueta y se cubre con un plástico protector biodegradable.
El 50% de la fabricación del grupo se ajusta a un modelo de proximidad en Galicia, Portugal y Marruecos.
El producto entra así en la última fase antes de llegar a la tienda: la logística, otro de los procesos claves en el éxito de Inditex, que permite poner la ropa en el punto de venta en 48 horas en cualquier parte del mundo, gracias a un modelo flexible y a la concentración del stock en España. En Arteixo, se ubica una de las tres plataformas logísticas de Zara, con una superficie de 500.000 metros cuadrados, –las otras dos están en Zaragoza y en Meco (Comunidad de Madrid)–. En el Polígono de Sabón, todas las fábricas de Zara están conectadas con el almacén bien por vía aérea o subterránea. En Galicia, se realiza el 50% de la distribución de Zara de señora y caballero y se atienden los Zara de la Península, Estados Unidos y Oriente Medio. El resto del planeta se atiende desde Zaragoza y en Meco, se concentra Zara Home y la distribución de la ropa de niño.
La automatización llegó a los almacenes de Inditex hace quince años. El sistema llave en mano para la compañía divide el proceso en prendas colgadas y dobladas, que llegan en su forma original a la tienda. En el almacén, están identificadas cada una de las tiendas de la compañía y, de esta forma, se envía estrictamente las prendas que necesita cada una. Con esta fórmula se ajusta al máximo el stock a la demanda, otra de las fórmulas mágicas en el éxito del grupo.
La compañía cuenta tanto con producción propia como con proveedores (trabaja con casi 1.200 empresas de suministro, controladas directamente por la española) y la mitad de sus fábricas están en un radio próximo, es decir, en Galicia, Portugal y Marruecos. El 14% de la ropa se fabrica en la países europeos, como Turquía, Bulgaria o Rumanía; mientras que un 34% proviene de Asia y, el 2% restante, de fábricas en Brasil, Argentina, Uruguay y México.
Publicado el 17-10-2009 , por I. Elizalde
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